jueves, 8 de octubre de 2015

Romance de las 'policletas'

En un alarde de nervio gestor la alcaldesa Manuela Carmena ha decidido aumentar el número de efectivos de la policía municipal que patrullan en bicicleta. Oshidori sólo le ve ventajas a la medida.

Patrullando la ciudad
con manillar y en dos ruedas,
con la porra atada al chasis,
calada la chichonera,
persiguiendo los delitos
montadito en bicicleta.

Esta nueva policía
municipal de Carmena
igual te persigue el crimen
que te disputa la Vuelta,

te vigila los jardines
o te para en las glorietas,
y además, no contamina,
Foto: J.B. (El Mundo)
su combustible no cuesta
y, de tanto pedalear,
al agente se le queda
un cuerpo que dará envidia
hasta al de la Benemérita.

Que en bici vayan los polis
es simpática ocurrencia
que este nuevo Ayuntamiento
de la política nueva
ha importado de una serie
de allá en los años 90
donde patrullas de guapos
pertrechados de coderas,
rodilleras, casco y bici,
vigilaban las arenas
de una playa en California
abarrotada de horteras.

Manuela quiere rodar
Pacific Blue en la Dehesa
doblando los velocípedos
y eliminando «lecheras».
Nada más le veo un fallo
a esta insólita estrategia,
y es que el perfil de Madrid
es el de una etapa reina
con poquitas calles llanas
y mil puertos de primera
que van a hacer sudar tinta
a las policiales piernas
cuando hayan de perseguir
a un malvado en furgoneta.

Mas quizá no sea preciso
ni pedalear siquiera:
al conocer el anuncio
de aumentar las policletas
nunca más podrán dormir
los malos a pierna suelta:
se resignarán al punto,
y al punto se darán cuenta
de que no les queda otra
que dejar la delincuencia,
entregarán el botín
para la beneficencia
y así acabará el delito
en las calles madrileñas.

Patrullando la ciudad,
con manillar y en dos ruedas,
con la pipa atada al cinto
y de paquete, a Carmena.

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