jueves, 26 de junio de 2014

Romance de Rubalcaba



Alfredo Pérez Rubalcaba deja la secretaría general del PSOE tras el fiasco de las elecciones europeas, y Oshidori le despide casi con mejores formas que algunos compañeros de partido. Qué cosas.

Ya te marchas, Rubalcaba,
ya se va el gran muñidor
después de que a Valenciano
le dieran un revolcón
–si doña Elena consiente
que use tal expresión,
pues se me ocurre meneo
y suena casi peor–.



Te ha pillado ya cansado
la nueva revolución
que trae coleta y consigna
y espacio en televisión,
y que ilusiona a los parias
aunque huela algo a alcanfor,
a bolivarismo patrio
jaleado en Mediapro.
Foto: Alfredo Pérez Rubalcaba (CC).
Tú no fuiste de tertulias
sino de, tras el telón,
manejar las marionetas
que animaban la función.
¡Le va a decir ese Pablo
si «podemos» o si no
a quien hizo presidente
a un Zetapé remendón!

Pero ya te da pereza,
ya te coge algo mayor
y te han rodeado las hienas
igual que en El Rey León
al comprender que al factótum

se le ha atascado el yo-yo.
El trujimán de las urnas,
el Fouché, el Conseguidor
se ha quedado sin salidas
y acuden hacia el olor
de esa rosa chuchurrida
y en semiputrefacción
los Madinas, las Susanas
y también Carmen Chacón,
y hasta se presta al rescate
la cándida Talegón,
la que pensó que Tejero
era un metódico actor
en aquel veintitrés efe
que un día Garci rodó.

Te vas tocando la cítara
como ya hiciera Nerón
cuando Roma se incendiaba
y en Ferraz comienza el show
de abrazos y cuchilladas
por elegir sucesor.
Vete, Alfredo, en buena hora
a descansar a un sillón:
veremos si en Telefónica,
en Iberdrola o Repsol.

(Publicado en Tetuán 30 Días)

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